Mi experiencia con la práctica del yoga dista mucho de la palabra relajación.
El resultado de no ser una grácil y armoniosa experta (cuando no consigo estirarme lo suficiente, no me sale determinada postura, o mi incapacidad para dejar la mente en blanco) me provoca frustración y estrés...
El resultado generalmente es desastroso: encuentro los nervios de punta en lugar del centro.
Eso sí, para llegar a ese estado de enajenación tengo una alfombrilla fantástica de Nike (con mochila y todo), varios libros, he ido a clases y tengo un juego en la Nintendo DS... Mi voluntad está ahí.
Al menos mi afán consumista ha conseguido que cada vez se realicen productos más innovadores y maravillosos para realizar esta sana práctica.
Lo último: las bailarinas, multifuncionales, sólo ver lo monas que son y lo bien que baila y hace yoga con ellas, ya dan ganas de comprarlas... (sacadlas de mi cabeza).
(Hay un video aquí, pero ha decidido no salir, link)